Un equipo de investigadoras del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) realizó un estudio para conocer las trayectorias de consumo de sustancias nocivas legales e ilegales en mujeres recluidas en centros de rehabilitación de Sonora, con el propósito de conocer las causas y condiciones que las llevaron a desarrollar dependencia.
Entre los hallazgos que presentaron Rosario Román Pérez, Elba Abril Valdez, Sandra Domínguez Ibáñez y María José Cubillas Rodríguez, profesoras de la Coordinación de Desarrollo Regional del CIAD, fue que la droga conocida como “cristal” es la de mayor impacto en Hermosillo y Ciudad Obregón, mientras que, en Nogales, el narcótico más consumido resultó ser la heroína.
Las mujeres entrevistadas rondaron entre los 14 y 50 años de edad, con una escolaridad promedio de nivel secundaria; siete de cada diez afirmaron tener hijos o hijas.
Las investigadoras encontraron que las sustancias consumidas por las mujeres están casi siempre disponibles en el ambiente familiar, escolar o laboral, y que regularmente suelen ser las amistades, parejas o conocidos quienes las inician en la adicción.
Entre las razones que mencionaron como motivos para probar por primera vez una droga, se encontraron la curiosidad, la necesidad de escapar de problemas y la tendencia a imitar a personas consumidoras cercanas, entre otras.
La exposición a episodios de violencia intrafamiliar física y verbal, el abuso sexual y las tendencias suicidas, fueron reconocidos como factores de riesgo que pueden incidir en desarrollar la dependencia a una droga.
Las académicas explicaron que la mitad de las mujeres contestaron haber recaído en su adicción hasta cinco veces después de su proceso de rehabilitación, debido a que, regularmente, regresan a los ambientes donde esta se inició, que suelen ser círculos de convivencia muy cercanos, como la familia.
Dentro de sus recomendaciones manifestaron la necesidad de crear un censo estatal sobre adicciones, fortalecer programas de prevención como el D.A.R.E. y Escudo Ciudadano, incluyendo la perspectiva de género, además de profesionalizar los centros de rehabilitación públicos y privados para mejorar sus tasas de éxito, es decir, para evitar la reincidencia.
Al evento asistieron representantes de las secretarías estatales de salud pública y de seguridad, además de Blanca Luz Saldaña López, coordinadora ejecutiva del Instituto Sonorense de las Mujeres, quien agradeció al CIAD su apoyo para realizar esta investigación que fue financiada por el Instituto Nacional de las Mujeres.
Por su parte, la Dra. Román Pérez, quien encabezó el estudio, dijo que, ante el incremento registrado por las mujeres en el consumo de sustancias nocivas, legales e ilegales, es pertinente la unión de esfuerzos y recursos interinstitucionales e interregionales.
“Si bien hay acciones por parte del estado e instituciones privadas, estas resultan insuficientes para prevenir y atender el problema”, concluyó.