Proponen huertos familiares para educar nutricionalmente a infantes
A pesar de que existen beneficios para la salud asociados con el consumo adecuado de vegetales y frutas, pocos niños consumen las cantidades recomendadas. Una de las propuestas dentro del concepto de alimentación sustentable son los huertos familiares, debido a que su implementación y cuidado han demostrado beneficios en la salud física, psicológica y social.
Como parte de su formación académica como maestra en ciencias en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), Guadalupe Salcido Amavizca, bajo la tutela de la profesora María Isabel Ortega Vélez, realizó la tesis “Huertos familiares: una alternativa de promoción de alimentación saludable y actividad física en preescolares de Hermosillo, Sonora”.
El objetivo de este estudio fue evaluar el efecto de una estrategia de educación nutricional basada en huertos familiares sobre las prácticas de alimentación y actividad física con un grupo del programa de huerto familiar (32 preescolares) y un grupo de referencia (31 preescolares), los cuales pertenecían a jardines de niños ubicados en áreas geoestadísticas básicas (AGEBs) con grado de marginación urbano medio, alto y muy alto.
Para el grupo con programa de huerto se diseñó una estrategia con un enfoque educativo en nutrición, actividad física y actividades del huerto en casa. Para el grupo de referencia se utilizó el mismo programa, pero sin el huerto. Toda la información se envió por teléfonos móviles a los padres de familia haciendo uso de imágenes, fotografías y videos. Se hicieron medidas antropométricas y se aplicaron cuestionarios validados para evaluar la alimentación, actividad física, estado socioeconómico y prácticas alimentarias de los preescolares.
Los resultados mostraron una disminución significativa del consumo de energía (kilocalorías) en los niños del grupo de huerto familiar al finalizar el programa, quienes reportaron, en promedio, consumir alrededor de 261.32 Kcal menos que al principio del proyecto. Asimismo, se encontró una disminución en el consumo de carbohidratos en ambos grupos de 56.4 gramos en el grupo de huerto y 19.7 gramos en el de referencia.
En cuanto al porcentaje de energía distribuido por grupo de alimentos, se encontró que el grupo del programa de huerto disminuyó a la mitad el consumo de alimentos procesados con grasa y azúcar añadida, además de una disminución en el consumo de azúcares y bebidas azucaradas y un aumento en la ingesta de leguminosas.
Salcido Amavizca explicó que los resultados sugieren que existe un efecto benéfico en los hábitos alimentarios de los infantes que puede atribuirse al programa de huerto más la educación nutricional, pero también un efecto independiente del programa de educación nutricional por sí mismo.
Por último, la joven investigadora recomendó a padres y madres de familia informarse (como podría ser a través de Youtube) acerca de la implementación de huertos familiares como una forma de promover actividades en familia, a la vez que se adquieren hábitos que benefician a la salud y al planeta.