La obesidad es un asunto tan complejo que para comprender cómo se origina y cómo se soluciona es necesario un abordaje transdisciplinario; por tal razón, la académica del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), María Isabel Ortega Vélez, nos explica qué es un ambiente obesogénico y por qué es importante que en los hogares mexicanos se evite promoverlo.
Podemos entender por dicho concepto como el conjunto de factores ambientales y sociales a los que un individuo está expuesto y que son motivo para que gane peso corporal hasta rebasar el límite ideal que le garantice un buen estado de salud.
Si bien es cierto que la obesidad puede tener un origen genético u hormonal en algunas personas, la mayor parte de la población que la padece lo hace porque, en una explicación más bien simplista, la cantidad de calorías que ingiere diariamente es mayor al gasto de energía correspondiente a la actividad física que realiza. Sin embargo, los factores socioculturales y económicos que determinan una alimentación y un gasto energético saludables requieren de una visión más compleja.
México no ha sido capaz de frenar el crecimiento de la epidemia de obesidad, y esto se debe a que la extensa variedad de factores que la determinan requieren una atención integral por parte del Estado, pero también de las decisiones de las personas para cambiar su estilo de vida a uno más saludable.
A continuación, exploraremos algunos de los factores que promueven un ambiente obesogénico sobre los que existe evidencia científica y otros tantos que nos invitan a reflexionar sobre qué podemos hacer para mejorar nuestro ambiente alimentario y mantenernos activos.
Compra de alimentos
No es ningún secreto que los alimentos ultraprocesados y densamente energéticos, es decir, lo que coloquialmente se conoce como “comida chatarra”, suelen ser más baratos que los productos saludables con un mejor aporte nutricional, como frutas, verduras y carnes magras. Lo anterior ocasiona que los segmentos poblacionales con menores recursos económicos tengan mayor dificultad de acceder a una dieta más equilibrada.
Aunado a esto, la mayoría de los productos que se venden en supermercados, tiendas de conveniencia y abarrotes, se distinguen por ser altos en grasas, azúcares y carbohidratos simples, lo cual desplaza a las opciones saludables anteriormente mencionadas al momento de elegir la despensa.
Oferta gastronómica
Aunque cada vez hay más restaurantes que se distinguen por ofrecer un menú saludable, la realidad es que la mayoría de la oferta gastronómica formalmente establecida en las ciudades, así como las carretas de venta de comida informales, se concentran en platillos que distan de ser saludables, si se consumen frecuentemente.
Tecnología
La utilización (y en muchos casos adicción) de dispositivos electrónicos como laptops, tabletas y celulares ha hecho a las personas más sedentarias. Esto, lamentablemente, es visible en niños(as), quienes ahora prefieren jugar en línea, interactuar en redes sociales o ver videos en internet, que jugar al aire libre, lo mismo que en jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, que no se escapan de estos pasatiempos virtuales.
Planeación urbana
El contar con banquetas adecuadas para caminar, ciclovías seguras, parques o áreas verdes, así como todo tipo de diseño urbano incluyente que propicie que un individuo pueda desplazarse de un lugar a otro eficientemente y de forma segura, también es motivo de que las personas decidan hacer ejercicio de dicha manera o que opten por trasladarse únicamente en vehículos automotrices, lo cual reduce su gasto de energía diario.
(In)seguridad pública
¿Culpar a la inseguridad por la obesidad? Quizá la suene a un pretexto descabellado, pero es verdad que cuando las personas no se sienten seguras caminando, trotando o haciendo ejercicio en la vía pública, por miedo a ser víctimas de la delincuencia, son más aquellos que prefieren quedarse en casa que asistir permanentemente a un gimnasio o simplemente salir a caminar.
Publicidad
El constante bombardeo mercadológico del que somos presa a través de los medios de comunicación, donde somos seducidos por mensajes que nos hablan del extraordinario sabor de un producto, pero donde jamás nos explican de su deficiente aporte nutricional y del alto contenido energético, también es causa de que las personas no tengan conciencia de lo que consumen. Por tal razón, la reciente reforma legislativa para que todos los productos alerten sobre el exceso de grasas, azúcares, energía y edulcorantes, se considera una regulación necesaria para mejorar el ambiente alimentario y reducir el ambiente obesogénico.
Políticas públicas
Tal como ha ocurrido con la reciente reforma del etiquetado nutrimental de advertencia, así como con el alza en la carga impositiva en refrescos y la prohibición para que en tiendas escolares se vendan productos densamente energéticos, por dar algunos ejemplos, en el combate contra la obesidad es necesario que el gobierno promueva políticas públicas eficaces que alerten a las personas sobre el consumo de alimentos y bebidas poco saludables.
Como se señaló en un principio, explicar las causas de la obesidad es un desafío interdisciplinario de gran envergadura, y aunque el propósito de este artículo no ha sido profundizar en reflexiones teóricas, esperamos que los lectores(as) se hayan familiarizado con el concepto de “ambiente obesogénico” y que en sus hogares hagan lo necesario para promover la educación nutricional y realizar cambios en beneficio de la salud de la familia.