Para los niños y niñas que asisten a la escuela, las vacaciones de verano significan un período ansiosamente esperado en el que podrán disfrutar de un tiempo de esparcimiento extra al que normalmente no tienen acceso durante el ciclo escolar. Es eso mismo lo que se puede volver una pesadilla para los padres y madres que no saben qué hacer con sus hijos en casa.
Como parte de una recopilación de colaboraciones de divulgación científica que académicos y académicas del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) han hecho en el último año, le compartimos algunos consejos que puede poner en práctica en las próximas semanas.
Fomentar los talentos
El periodo vacacional puede utilizarse para realizar actividades académicas, culturales y deportivas, que ayuden a los más pequeños a descubrir vocaciones, talentos e intereses. Estas actividades las pueden realizar no solo en este lapso, sino como algo constante a lo largo de su vida. Busque campamentos de verano, talleres o cursos, y decida con sus hijos cuál es el que les resulta más atractivo a ellos.
Igual o más importante es aprovechar estos días para compartir sus conocimientos con los pequeños. Con solo tomar un paseo al aire libre puede enseñarles cosas increíbles de nuestro entorno. Además, en internet existe mucho material audiovisual con el que toda la familia puede aprender desde manualidades hasta experimentos científicos caseros.
Aliméntese sanamente
“Se vale porque son vacaciones” es el pretexto más socorrido para consumir alimentos con pobre aporte nutricional o alto contenido de azúcar, grasa o sal; sin embargo, es preferible utilizar el tiempo extra con el que se cuenta para preparar alimentos saludables y esforzarse en mostrar a los hijos el significado de tener buenos hábitos alimenticios. Esto es una de los mejores legados que los padres pueden hacer a sus hijos, porque se traduce en salud.
Cuide su salud
Las comidas fuera de casa pueden convertirse en pesadillas cuando se contraen enfermedades diarreicas por consumo de alimentos contaminados o malestares ocasionados por una larga exposición al sol. Es importante tomar precauciones que protejan la salud de su familia y evitar contratiempos que se pueden agravar, principalmente si está lejos de casa.
Al consumir alimentos en un restaurante o en la vía pública, debemos asegurarnos que se apliquen buenas prácticas higiénicas, tanto en la preparación como en el manejo de alimentos. De lo contrario podemos enfrentarnos a un cuadro severo de salmonelosis, fiebre tifoidea o hepatitis. Cualquiera de estas enfermedades causa como primer síntoma la diarrea, pero en personas susceptibles pueden tener complicaciones graves.
Coma en familia
El ritmo de la vida moderna frecuentemente impide a las personas disfrutar momentos elementales para fortalecer los lazos de convivencia y afecto. Comer reunidos en familia es un ritual que promueve el interés mutuo entre los miembros de un hogar. Ponerlo en práctica durante las vacaciones podría hacerle descubrir que se ha estado perdiendo de algo muy valioso.
Ejercítese
Por ningún motivo las vacaciones deben representar ocio e inactividad; por el contrario, es un momento propicio para educar a los infantes sobre la importancia del ejercicio regular como uno de los factores relevantes para mantener un buen estado de salud. Salga a caminar, cuidándose del sol, recorra los espacios públicos y conéctese con la naturaleza.
Planee sus gastos
Ciertamente las vacaciones son para disfrutarse y nadie nos puede quitar el placer de hacerlo. Sin embargo, es importante prever que los gastos que se realicen se planeen con suficiente anticipación. Lo anterior es para evitar que un consumo desmedido comprometa la estabilidad financiera de un hogar en cuestiones básicas como alimentación, educación, transporte y servicios básicos.
Si no se cuenta con los recursos económicos necesarios para realizar un viaje, se pueden idear múltiples actividades que pueden realizarse en familia, al interior del hogar o al aire libre en la ciudad de residencia. En caso de que decida viajar, intente ajustar sus gastos y procure ser “totalero” con las tarjetas, dado que las tasas de interés que se aplican en nuestro país son de las más altas a nivel internacional.
Con la colaboración de Mayra de la Torre Martínez, Humberto Astiazarán García, Cristóbal Chaidez Quiroz, Juana María Meléndez Torres, José Antonio Ponce Martínez y Luis Huesca Reynoso