Recomendaciones para evitar el desperdicio de alimentos
Los recursos naturales se han comprometido desde hace años debido a su sobreexplotación, deforestación, falta de rotación de cultivos, cambio climático, desastres naturales, cambio en los ecosistemas, aumento de la temperatura global, sequías, sobrepoblación y pandemias, entre otros factores, los cuales repercuten de forma directa en la producción de alimentos. Todo esto, aunado al enorme reto de cubrir las necesidades alimenticias de la población para el año 2050, cuando se estima que ascienda a diez mil millones de personas que demandarán 50% más de productos agrícolas en comparación con los que se producen actualmente.1
¿Será posible alcanzar esta meta si continuamos con los mismos hábitos de hoy?
Desde luego que será complicado llegar a ella; sin embargo, podemos comenzar aportando nuestro granito de arena, tomando medidas para evitar desperdiciar alimentos en el hogar.
¿Por qué permitimos que nuestros alimentos se descompongan en el hogar?
Aproximadamente mil trescientos millones de toneladas de alimentos destinados para el consumo humano terminan desperdiciándose cada año. Estas pérdidas pueden ocurrir desde su producción, manejo poscosecha, almacenamiento, procesamiento, distribución y consumo, el cual ocurre durante la adquisición, preparación e ingesta en el hogar.2
¿Se ha vuelto costumbre tirar comida por su apariencia, olvido en el refrigerador o, simplemente, porque no le gustó o se sirvió de más?
Estas malas costumbres comprometen los recursos naturales y la producción agrícola, ya que demandamos más de lo que realmente necesitamos. Además de que no valoramos el esfuerzo del productor, el agua invertida, los nutrientes que estamos desperdiciando y la contaminación generada por su transporte, entre otros factores.
¿Qué podemos hacer para cambiar esta situación?
- Comprar solo lo que se necesita. ¿Cómo podemos hacer esto? Planificando las comidas de la semana, haciendo una lista de los ingredientes y porciones que se necesitan y adquiriéndolos sin salirse de esa lista ni de las porciones; esto, además beneficiará a nuestro bolsillo.
- Escoger frutas y hortalizas sin importar su apariencia. La mayoría de las personas descartamos a primera vista las frutas y hortalizas que están deformes, mallugadas o, simplemente, porque tienen un tallón en su cáscara, cuando en realidad les podemos dar múltiples usos como procesarlas en postres, jugos, licuados y mermeladas, entre otros (además, tienen el mismo sabor).
- Respetar los alimentos. Es importante valorar toda la cadena de producción de ese tomate, zanahoria o plátano que estamos a punto de tirar. Si pensamos en todo el gasto de recursos que se empleó para su producción, el esfuerzo del campesino y el nuestro para adquirir los alimentos, podemos tomas decisiones más conscientes.
- Sistema PEPS. Estas siglas significan Primeras Entradas, Primeras Salidas, lo cual quiere decir consumir lo que ha estado almacenado por más tiempo y, después, los alimentos que hemos adquirido más recientemente
Estos son solo algunas de las recomendaciones que podemos poner en práctica para disminuir el desperdicio de alimentos. Hagamos conciencia de la situación medioambiental actual y pongámonos en acción para lograr los cambios que estén a nuestro alcance e invitemos a las personas cercanas a nosotros a colaborar.
- 1 FAO. 2017. La seguridad alimentaria futura del mundo peligra debido a múltiples desafíos. http://www.fao.org/news/story/es/item/471772/icode/.
- 2 FAO. 2012. Pérdidas y desperdicio de alimentos en el mundo. Alcance, causas y prevención. http://www.fao.org/3/i2697s/i2697s.pdf.
- 3 FAO. 2020. 15 Consejos breves para reducir el desperdicio de alimentos y convertirse en héroe del sector alimentario. http://www.fao.org/fao-stories/article/es/c/1310221/
Colaboración de Luis Alfonso Jiménez Ortega, estudiante del programa de maestría en ciencias, y J. Basilio Heredia, profesor investigador titular de la Coordinación Regional Culiacán del CIAD.