El 4 de septiembre de 2008 la Junta de Gobierno del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) aprobó los lineamientos para la formación y consolidación del programa Redes Temáticas Conacyt.
El objetivo de la Dirección de Redes Temáticas de Investigación, a través de los programas Laboratorios Nacionales y Redes Temáticas de Investigación, es incentivar la conectividad entre investigadores con intereses comunes para formar o fortalecer grupos que aborden —desde una perspectiva interinstitucional y articulada— problemas complejos y prioritarios del país, con el propósito de contribuir al desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, así como a la consolidación del capital humano calificado.
Se considera Red Temática Conacyt a la asociación voluntaria de investigadores o personas con un interés común y la disposición para colaborar y aportar conocimientos y habilidades, coordinadas de manera colegiada por un Comité Técnico Académico (CTA), para impulsar sinérgicamente el tema de su interés. Mientras que por temática se entiende las diferentes problemáticas que pueden ser atendidas por las redes de manera disciplinaria, multi, inter o transdisciplinaria.
La creación y apoyo para la operación de las Redes Temáticas Conacyt se lleva a cabo mediante convocatorias que emite el consejo, a través de la Dirección Adjunta de Desarrollo Científico (DADC), bajo los criterios académicos y de calidad establecidos.
A continuación se describen, en voz de sus miembros, tres ejemplos de redes y de un laboratorio nacional.
RED TEMÁTICA DE TOXICOLOGÍA DE PLAGUICIDAS
Con el propósito de disminuir el impacto toxicológico de plaguicidas o pesticidas en la salud y el ambiente, la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), con apoyo del Conacyt, creó la Red Temática de Toxicología de Plaguicidas.
La coordinadora del Laboratorio de Contaminación y Toxicología Ambiental de la UAN, Aurora Elizabeth Rojas García, quien es miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y miembro de la red, dijo que esta nació en 2015. “Hemos tenido la oportunidad de encontrarnos gracias al Conacyt y generar un grupo multidisciplinario, interinstitucional, que pueda encontrar puntos de convergencia para dar respuesta a problemas relacionados con la problemática de toxicología de plaguicidas”.
La red cuenta con la participación de instituciones de educación superior como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), Universidad de Colima (Ucol), Universidad de Sonora (Unison) y Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), así como del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), sedes en Culiacán, Guaymas y Mazatlán, y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), señaló Rojas García.
La especialista en toxicología ambiental explicó que los plaguicidas no solo son utilizados en el campo, sino también en la ciudad, en los hogares, solo que se les conoce como insecticidas (productos con una importante difusión publicitaria), que también dañan la salud de plantas, animales y personas.
Los efectos de los plaguicidas a la salud dependen de su tipo, por ejemplo: organofosforados y carbamatos dañan el sistema nervioso, mientras que otros irritan piel u ojos; algunos pueden ser cancerígenos y otros pueden afectar el sistema hormonal y endocrino.
Incluso Rojas García destacó la importancia de preferir y hasta aprender a hacer insecticidas naturales no invasivos con el medio ambiente. Ejemplificó con uno que se puede elaborar en casa con una manzana y clavos de olor, mismo que ahuyenta moscas y mosquitos.
RED TEMÁTICA EN FÍSICA MÉDICA
Para estrechar relaciones entre físicos y médicos, así como para generar un vínculo entre la investigación y la medicina, fue creada a mediados de 2015 la Red Temática en Física Médica, financiada por el Conacyt.
La red es una asociación voluntaria de investigadores y profesionales que trabajan en clínicas y estudiantes de posgrado, todos enfocados en el tema de la física médica.
Eugenio Torres García, doctor en ciencias con especialidad en física médica por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y miembro de la red, dijo que aunque existía colaboración entre pequeños grupos de investigadores para desarrollar proyectos en común, ahora la red permite un desarrollo más rápido y eficiente gracias a un mayor número de equipos de trabajo, con más integrantes cada uno, y más fortalecidos.
La física médica es la aplicación de principios, técnicas y herramientas de la física en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del ser humano; es un área multidisciplinar que requiere conocimientos de matemáticos, biólogos, químicos, físicos, ingenieros en sistemas, ingenieros electrónicos, etcétera. “Por ejemplo, para conocer cómo son los efectos biológicos en el tejido, están los biólogos, y para la cuantificación de la energía que se deposita en los tejidos, estamos los físicos”, afirmó Torres García.
La página de la red tiene un apartado específico para divulgar el conocimiento que se genera, con el objetivo de que sea aprovechado por cualquier persona. “Incluso el lenguaje con el que se va a divulgar esta información no será técnico ni científico, sino entendible para toda la población”, señaló Torres García, adscrito a la Facultad de Medicina de la UAEM y miembro nivel I del SNI.
La red tiene seis áreas de investigación, 30 miembros investigadores, 30 miembros externos y 20 miembros estudiantes y cuenta con el respaldo de más de 25 instituciones y dependencias de investigación.
LABORATORIO NACIONAL DE MICROSCOPÍA AVANZADA
El proyecto del Laboratorio Nacional de Microscopía Avanzada (LNMA) empezó en 2010 con la respuesta a una convocatoria del Conacyt para establecer laboratorios nacionales, pero fue hasta 2013, después de adquirir equipos, construir el espacio en el estado de Morelos y darse de alta, que abrió sus puertas.
El laboratorio cuenta con más de 250 usuarios registrados de nueve estados de México y tiene también colaboradores internacionales. Además, ha otorgado más de 15 mil horas de servicio de microscopía, afirmó el doctor Christopher Wood, investigador y responsable del LNMA, quien es investigador y académico del Instituto de Biotecnología de la UNAM y miembro nivel I del SNI.
Lo que desarrolla el LNMA es limitado, advirtió el doctor Wood. Por una parte, el microscopio no es un equipo que se pueda mover de un lugar a otro, tiene que estar preferiblemente fijo; por otra, investigadores de estados lejanos a Morelos se enfrentan a la dificultad de no poder trasladarse al laboratorio, pese a que tienen que estar presentes al momento de hacer uso del microscopio porque son quienes mejor conocen sus muestras y lo que buscan en ellas.
“Para solucionar ese problema nosotros tenemos que ir con ellos, por lo que estamos trabajando con otras instituciones, formando redes y sedes del laboratorio nacional, en los que podemos asegurar que los investigadores van a recibir los mejores consejos, adiestramiento en el uso del microscopio y que pueden obtener sus resultados lo más rápido posible”, aseguró Christopher Wood.
“Me encanta explicar las novedades y la maravilla del mundo que uno puede descubrir a través del microscopio óptico; es una de las cosas que más me gusta de ser microscopista: que se trata de una disciplina inherentemente visual. También recibimos grupos escolares, hacemos demostraciones, hemos llevado microscopios a la calle, al zócalo de Cuernavaca; trabajamos con el público para entusiasmarlo, porque México necesita más microscopistas y más niños que estén entusiasmados para la ciencia”, destacó Wood.
De acuerdo con el doctor Wood, en la página del LNMA se encuentra información de equipos, personal del laboratorio, procedimientos de registros, etcétera, mientras que la página en Facebook contiene anuncios sobre cursos, capacitación, eventos, noticias, artículos de interés, ofertas de empleo. “Porque hay muchos de estos centros en el mundo que buscan técnicos e investigadores, tratamos de difundir toda la información sobre microscopía óptica que consideramos importante”.
RED TEMÁTICA EN TECNOLOGÍAS DEL LENGUAJE
La Red Temática en Tecnologías del Lenguaje (RTTL), financiada por el Conacyt, es una asociación que se creó para desarrollar tecnologías del lenguaje (TL), mismas que abrirán posibilidades para la creación de productos y servicios en sectores como comercio, administración, educación, salud, entretenimiento o turismo, entre otros.
El doctor Iván Vladimir Meza Ruiz, técnico del Departamento de Ciencias de la Computación del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM y miembro de la red, señaló que esta ha servido como un catalizador entre los investigadores interesados en el tema, con la idea de poner el lenguaje y la computadora juntos.
“Nos conocemos entre colegas, hemos colaborado, estamos al pendiente de lo que hace uno y otro, pero la red, ya en su forma oficial a través del Conacyt, nos ha permitido integrarnos mejor, comunicar mejor el avance que tiene cada grupo y, un poco, fomentar la colaboración entre grupos”, destacó Meza Ruiz.
La red fomenta la idea de que a través de replicar la habilidad del lenguaje se aprende sobre el ser humano, mencionó el doctor. “Hay beneficios prácticos como organizar información, ahora que estamos saturados de ella. También hay un motivo económico: estas tecnologías que pueden manipular el lenguaje, ya sea para ayudarnos, aprender a conocernos o crear aplicaciones futurísticas, van a significar oportunidades económicas para empresas o desarrollos. Es parte de esta conjunción que se da entre el conocimiento y la industria. Para México es importante tener un lugar relevante en el uso y desarrollo de estas tecnologías”.
La red tiene apertura para estudiantes y recién egresados, indicó Meza Ruiz; en las reuniones, el número de estudiantes de diferentes carreras duplica el de investigadores, cada grupo involucrado tiene sus procesos y métodos para incorporar alumnos. “Están interesados en estos temas y, desde mi punto de vista, lo más importante es que posean esa actitud científica de ir hacia lo desconocido y hacia un problema complejo que es el lenguaje humano”.
Colaboración de Nistela Villaseñor, reportera de la Agencia Informativa Conacyt