Tecnologías disruptivas para alcanzar el hambre cero
Uno de los objetivos de desarrollo sostenible propuestos por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) es poner fin al hambre en el mundo, ya que se estima que casi 700 millones de personas la padecen en algunas de sus vertientes (desnutrición, escasez de alimentos, desabasto y malnutrición), además de que se considera que para 2030, si el incremento sigue igual, más de 840 millones de personas pudieran verse afectadas. Por ello, se necesitan evaluar e implementar tecnologías disruptivas que coadyuven a la seguridad alimentaria y a la mejora de la nutrición y de los sistemas de producción.
Una de las herramientas que se pueden aplicar para alcanzar este objetivo son los Disolventes Eutécticos Profundos (DES); tal como lo abordamos en anteriores publicaciones, estos son disolventes de diseño, es decir, que se pueden conformar según las necesidades del usuario. Estos presentan características únicas que trabajan al margen de los principios de la química verde, además de presentar baja toxicidad, biocompatibilidad, biodegradabilidad, baja volatilidad, estabilidad térmica y bioactividad, entre otras. Algunas de las moléculas que se pueden emplear para su elaboración son sales cuaternarias, aminoácidos, azúcares, ácidos orgánicos, alcoholes, aminas, minerales, fitoquímicos y otras moléculas orgánicas que actúan como aceptores y donadores de enlaces de hidrógeno.
Algunas de las aplicaciones de los DES que coadyuvan a alcanzar el hambre cero son la extracción de fitoquímicos (flavonoides, terpenos, saponinas y alcaloides) y otras moléculas con valor agregado (vitaminas, minerales, pigmentos) de subproductos agrícolas lignocelulósicos, que mediante métodos convencionales producirían un impacto ambiental enorme, por lo que al usarlos permiten valorizar y aprovechar estos desechos, acorde en su caso a la química verde. El uso de estos extractos puede ser para la preservación, inocuidad, nutrición y control de plagas en campo, entre otros, que en conjunto ayudan a fortalecer la seguridad alimentaria y, por consiguiente, contribuyen a alcanzar el objetivo de hambre cero. Por otro lado, la mezcla de DES con agentes gelificantes conforman eutectogeles, los cuales presentan características mecánicas superiores a los comercializados actualmente, por lo que se pueden usar para el desarrollo de recubrimientos comestibles, biopelículas y empaques inteligentes que maximicen la vida de anaquel de productos perecederos.
Al respecto de esta nota, recientemente se publicó un artículo de opinión en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, de la ACS (American Chemical Society), en el cual se abordan aspectos relacionados con el tema. Para más información puede consultar el documento en la siguiente liga: https://doi.org/10.1021/acs.jafc.3c01460.
Colaboración de Luis Alfonso Jiménez Ortega y José Basilio Heredia, académicos de la Coordinación Regional Culiacán del CIAD.