Con el objetivo de desarrollar un proceso de producción de biodiesel y otro de bioalcohol a partir de biomasa de microalgas marinas que entre otras prioridades, ayude a la reducción de emisiones de gases invernadero, el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), realiza un estudio para valorar la pertinencia de esta alternativa de producción de energía.
El grupo conformado por los investigadores Adriana Sañudo Barajas, Miguel Angulo Escalante, Rosabel Vélez de la Rocha y Nancy Varela Bojórquez, todos de la Coordinación Regional de Culiacán, por espacio de dos años han realizado estimaciones del rendimiento en la producción de la biomasa y caracterizado los perfiles de carbohidratos y lípidos a escala laboratorio y posteriormente a escala piloto.
En el CIAD se realiza un estudio con la propagación de Dunaliella tertiolecta, una microalga verde que tiene la habilidad de reducir niveles de metales pesados, puede reproducirse tanto en agua de mar como en aguas de desecho y salobres, tiene tolerancia a altas concentraciones salinas y resiste a cambios de temperatura y radiación solar, lo que la hace una especie con un cultivo relativamente fácil en comparación con otras especies.
Actualmente existe una diversidad de investigaciones dirigidas a la producción de biocombustibles; sin embargo los costos de producción no compiten con el precio del petróleo, pero en el futuro serán las que en su mayor parte sustituirán a las gasolinas y diesel derivados del petróleo utilizado en la combustión interna de los autos.
Las principales ventajas de la utilización de microalgas como materia prima para la producción de biocombustibles, es que no compiten con el sector alimentario y otros productos de la agricultura, no se necesitan grandes extensiones de tierra, ni de terrenos fértiles para producirlas y pueden ser cultivadas todo el año.
La habilidad de los cultivos de micro-algas para utilizar altos volúmenes de dióxido de carbono (CO2) es tan grande que, el desarrollo de esta tecnología disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero, haciendo pasar el CO2 proveniente de procesos industriales y de generación de energía eléctrica al cultivo de micro-algas.
Las microalgas y su viabilidad como fuente de energía, ya sea para la producción de biodiesel, bioetanol y biohidrógeno, es un campo en fase de estudio e investigación con interesantes perspectivas de futuro.