Cuando la mayoría de los países del mundo parecían avanzar hacia el mismo rumbo, compartiendo los mismos valores de desarrollo global y ejerciendo una diplomacia “políticamente correcta”, llegó Trump y nos tomó por sorpresa…
Con esta reflexión inició Herlinda Soto Valdez, Coordinadora de Programas Académicos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), moderadora del panel de discusión “¿Qué nos espera? Los efectos del nuevo gobierno estadounidense en México”, realizado el pasado jueves 9 de febrero en Hermosillo, Sonora.
En un evento que contó con una nutrida asistencia y que se extendió durante dos horas y media, se analizaron los riesgos políticos, económicos y sociales que representan para México las acciones que ha tomado y las que promete ejecutar el nuevo mandatario estadounidense, Donald J. Trump.
El nacionalismo globalifóbico
Pablo Wong González, Director General, como panelista experto en economía internacional, explicó que la llegada de Trump a la presidencia de EE.UU. es el resultado del ascenso de un nacionalismo globalifóbico que cada vez toma mayor fuerza en países desarrollados; para ello tomó como ejemplo la salida del Reino Unido de la Unión Europea, mejor conocida como Brexit.
Asimismo, enlistó una serie de características del actuar de Trump que manifiestan que el presidente no entiende lo cambios del contexto internacional en la interdependencia de los estados nación y en las políticas globales como la inclusión social, sustentabilidad y libre comercio, entre otros.
Por su parte, al analizar a Trump como la supuesta amenaza que significa para México, Luis Huesca Reynoso, economista del CIAD y colaborador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, señaló que México ha sido víctima de la falta de una política industrial clara y de su dependencia en la exportaciones hacia EE.UU.
“Le apostamos a quedarnos en una zona de confort y que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) nos traería mejores salarios, y no ha sido así; lo hemos subutilizado”, indicó.
Trump, el narcisista iracundo
Ángel Vera Noriega, investigador experto en psicología social, hizo, por su parte, un ejercicio con evidencias científicas en el que comparó la personalidad de Trump con otros expresidentes del país norteamericano, y la cual determinó como “altamente combustible”.
La extroversión polarizada, el narcisismo exagerado y la ira que expresa Trump en sus discursos, son característicos en los discursos del presidente, dijo Vera Noriega. “Sin embargo, como mexicanos debemos evitar que el miedo a él se convierta en odio, ya que esta es una combinación letal que merma nuestra capacidad intelectual para comprenderlo”, sentenció el investigador.
¿De quién es el problema?
Por su parte, Alfonso Gardea Béjar, exdirector del CIAD, expresó que la beligerante forma de conducirse del presidente Trump advierte que su gestión podría interrumpirse abruptamente por un impeachment (destitución) o por un atentado contra su vida; “pero ese es problema de ellos”, manifestó.
“Los mexicanos tenemos que combatir la corrupción; ese es nuestro problema. Mientras que mantengamos a un Estado que soporte estos niveles de corrupción, nuestro enemigo no es Trump: el enemigo está en casa”, opinó, categóricamente, Gardea Béjar.
En ese sentido, el investigador experto en agronomía comentó que la mejor forma de enfrentar la amenaza que representa Donald Trump es invertir en las capacidades del país, particularmente en ciencia y tecnología.
La elusión fiscal
En su análisis sobre el tema que ha investigado como estudiante de la maestría y el doctorado en Desarrollo Regional del CIAD, la especialista en comercio internacional, Linda Llamas Rembao, sugirió que la facilidad que permite el sistema fiscal mexicano para eludir impuestos a través de transacciones transnacionales es un grave problema.
“Las multinacionales se han favorecido con el TLCAN. Debemos voltear a ver al mercado interno y mejorar la fiscalización en México, esa es la forma de enfrentar la amenaza que podría significar Trump”, comentó la estudiante.
Aunque se desarrolló una amplia sesión de preguntas por parte del público, que fueron atendidas por los panelistas, se consideró que aún quedaban muchas por formularse, por lo que se propuso la posibilidad de que en breve se lleve a cabo una segunda edición de este panel.