“No hay cosa más fascinante en el mundo que descubrir algo nuevo”. Bajo esta máxima, el Dr. Inocencio Higuera Ciapara, exdirector del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) y actualmente director del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej), rige su quehacer profesional, tanto al frente de la institución como durante su trabajo como investigador.
Investido como director del Ciatej para el periodo 2014-2019, el investigador, funcionario, asesor, padre de familia y confeso adepto a la meditación y al arte, compartió para la Agencia Informativa Conacyt sus últimos proyectos, metas y logros.
Al frente del Ciatej: logros y proyectos
El doctor reconoce como uno de los logros más importantes durante su administración al frente del Ciatej la inauguración del campus Zapopan, llevada a cabo formalmente el pasado 28 de agosto de 2015. Así también la reestructuración orgánica y funcional del organismo, “integrando cuerpos colegiados como el consejo técnico consultivo interno, el comité de innovación, el programa de proyectos transdisciplinarios y el programa de redes internas”.
Estas y otras acciones han permitido, en palabras de su actual líder, “dinamizar nuevamente a la comunidad hacia objetivos claros”, contribuyendo con el crecimiento económico de México.
“Nuestra prioridad es transferir conocimiento a los usuarios, ya sean empresas privadas, organismos gubernamentales o asociaciones civiles que demandan ese conocimiento para poder tener un impacto en la sociedad”, acotó el director.
Asimismo, confió en que la incidencia de las investigaciones y desarrollos del organismo que encabeza ha sido cada vez mayor en industrias relacionadas con la biotecnología agrícola, de alimentos, ambiental, médica, farmacéutica e industrial.
En su escritorio las múltiples fotografías de sus hijos son protagonistas; el doctor se muestra orgulloso. Reconoce en ellos, como parte de la juventud mexicana, la gran oportunidad de México para sobresalir en materia de ciencia y tecnología, amparados por las tantas opciones que ahora existen para obtener conocimiento.
Por ello, Higuera Ciapara compartió que uno de los grandes proyectos que tiene en puerta el Ciatej es instaurar conceptos para la apropiación social de la ciencia en las nuevas generaciones, a través de la creación de un espacio denominado Parque Bio Inteligente o Bio Smart Park.
“El espacio en sí estaría conceptualizado con atractivos visuales muy fuertes, transversalmente estaría presente el concepto de sustentabilidad; tendríamos un espacio para la cultura del agua y un módulo de Internet de las biocosas, un laboratorio de enseñanza de la ciencia para niños, una unidad de energía renovable y una unidad de inteligencia genómica. Es el concepto general pero aún estamos en su desarrollo”, comentó el entrevistado.
Esta estrategia es prioritaria para el Ciatej ya que se busca despertar en niños y jóvenes la vocación por la ciencia, cuestión que Higuera Ciapara considera necesaria para el crecimiento económico del país.
Investigaciones en marcha
El ahora investigador adscrito al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel II compartió que su interés por la ciencia surgió desde niño. “Me encantaba el mar. Una gran parte de mi licenciatura tuvo que ver con el mar, con la maravilla de descubrir otro mundo, de saber que ahí existe una biodiversidad muy poco explotada”.
Más tarde, el oriundo de Sonora hizo una maestría y un doctorado en Ciencias Alimentarias y Economía Agrícola por la Universidad Cornell, en Estados Unidos. Al momento, continúa con proyectos personales a la par de sus funciones como cabeza del Ciatej. Fiel a su línea de investigación, el académico trabaja actualmente en el desarrollo de nanosistemas para aplicaciones en medicina y alimentos, a base de biopolímeros.
“El proyecto se refiere a interacciones moleculares entre biopolímeros y moléculas bioactivas. Se trata de ver a nivel molecular qué tipo de asociación existe entre una matriz polimérica y diferentes compuestos que tienen funciones biológicas distintas”. Los resultados de estos experimentos, señaló, podrían impactar en el desarrollo de aplicaciones para detección temprana de cáncer o para incorporar a los alimentos nanopartículas funcionales que les den mayor vida de anaquel y mejoren su capacidad nutricional y antioxidante, entre otros.
Sin embargo, el investigador afirmó estar involucrado en otros proyectos, relacionados con el mejor aprovechamiento de frutos tropicales como el mango, coco o tamarindo, así como la elaboración de formas para controlar mejor algunas plagas de cultivos como el café y la papaya.
Todas estas actividades las combina con su papel como padre de familia, por lo cual se declara discípulo de la organización. “El tiempo es lo más preciado que uno tiene en la vida, hay que saber administrar nuestro tiempo”, acotó.
Además, ha fungido como asesor para distintas instituciones y organismos no gubernamentales: la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Instituto Nacional de Pesca (Inapesca) y el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), por mencionar algunos.
En su labor académica ha generado más de 50 artículos científicos en revistas con arbitraje, 68 artículos arbitrados publicados en memorias in extenso, 10 tesis de maestría y dos de doctorado dirigidas, así como 20 capítulos de libros, seis libros en coedición, 10 reportes técnicos para agencias internacionales, dos patentes otorgadas y dos más en trámite, además de un secreto industrial.
Colaboración de Montserrat Muñoz, corresponsal de la Agencia Informativa Conacyt