Uso histórico y reciente de plaguicidas en la agricultura del Alto Mezquital de Hidalgo
El sector hídrico en Hidalgo se caracteriza por recibir las aguas residuales de la zona metropolitana del Valle de México, las cuales son distribuidas por el río Tula a los distritos de riego 003 Tula, 100 Alfajayucan y 112 Ajacuba, localizados en Hidalgo y en el Valle del Mezquital.
En el Valle del Mezquital, el uso de plaguicidas en el sector agrícola es una de las prácticas más comunes en la actividad primaria, principalmente cuando se usa riego con aguas residuales, con el fin de asegurar la producción. La utilización de productos químicos agrícolas para sostener la productividad contribuye a la degradación de los suelos y puede ocasionar una disminución de las poblaciones de microorganismos benéficos, favoreciendo la persistencia de patógenos que afectan a los cultivos. También pueden ocasionar efectos adversos a la salud y al medio ambiente.
El Alto Mezquital comprende una subregión del Valle del Mezquital que se distingue por poseer suelos no aptos para la agricultura, pues tienen la característica de ser recalcitrantes y con tepetate, aunque los pequeños productores practican la agricultura de temporal donde el cultivo de maíz, bajo el sistema milpa, es una de las principales actividades productivas, y solo algunos practican la agricultura de riego.
Mediante un Diagnóstico Rápido Participativo con los pequeños productores del Alto Mezquital, se encontró que el 61% aplica productos químicos. El principal producto utilizado es la cipermetrina, un insecticida efectivo para el control de una amplia gama de insectos. Otro insecticida usado es el Folidol (malation), para el control de hormigas. Asímismo, utilizan Esterol (herbicida fenoxiderivado) para el control de las malezas de hoja ancha en su cultivo de maíz. También se aplica el producto llamado Cuidador (malation) para conservar las semillas, Aldrín y DDT para el control de insectos.
En matrices de agua y suelos agrícolas de ocho comunidades del Alto Mezquital, se detectaron residuos traza de glifosato y sus metabolitos AMPA y glufosinato, lo que no implica riesgo para la salud. Sin embargo, estos resultados demuestran el uso continuo de este herbicida para el control de malezas en las áreas de cultivo de maíz monitoreadas. Además, los hallazgos permitieron verificar y confirmar la presencia de tres de los doce plaguicidas organoclorados analizados en suelos agrícolas, mismo que presentaron residuos de DTT y sus metabolitos DDE y DDD. Cabe mencionar que los niveles de concentración encontrados no representan un riesgo a la salud, pero la tendencia actual es considerarlos en conjunto, lo cual pudiera aumentar su efecto nocivo potencial.
La persistencia de estos compuestos químicos demuestra su uso histórico en la región, por lo que es de gran importancia la realización de monitoreos, con la finalidad de implementar estrategias que permitan la eliminación de plaguicidas, sobre todo los altamente peligrosos, por formas más sostenibles de producción.
En el proyecto “Manejo integral del cultivo de maíz mediante control biológico para la sustitución gradual de plaguicidas y glifosato en el Alto Mezquital, Hidalgo”, se desarrolló una estrategia para el control de plagas y enfermedades mediante el uso de microorganismos benéficos nativos de suelos, así como de prácticas agroecológicas mediante la incorporación y aprovechamiento de cultivos asociados como alternativas para el control de malezas. Esta es una alternativa sustentable para los pequeños productores de maíz de temporal y riego del Alto Mezquital en Hidalgo, quienes representan el principal sector beneficiado.
El grupo de trabajo está conformado por Ana Isabel Valenzuela Quintanar, Beatriz Olivia Camarena Gómez, Pedro de Jesús Bastidas Bastidas, María Mercedes Meza Montenegro, Víctor Manuel González Mendoza, Doris Arianna Leyva Trinidad y Juan Pablo Pérez Camarillo.
Colaboración de la investigadora Rosina Cabrera Ruiz.