Vitamina D: nutriente esencial para la salud
Las vitaminas son sustancias necesarias para que el cuerpo pueda funcionar de una manera adecuada. La vitamina D, particularmente, ayuda a que el organismo pueda absorber el calcio, el cual conforma nuestros huesos y dientes. Además, regula el sistema inmunológico, permitiendo tener defensas ante bacterias o virus que atacan a nuestro organismo. También es crucial para que los músculos puedan moverse, facilitando que los mensajes que envía el cerebro puedan llegar a todos los lugares de nuestro cuerpo.
Si no se consumen las cantidades adecuadas de vitamina D, podemos sentir debilidad en los músculos y dolor en las articulaciones. A largo plazo, la deficiencia de esta vitamina puede provocar osteoporosis en personas adultas, enfermedad que hace que los huesos se vuelvan débiles, con poros y que haya un mayor riesgo de que se fracturen. En niños(as) puede ocasionar el raquitismo, lo que hace que los huesos se vuelvan encorvados, blandos, débiles y dolorosos.
Los grupos de población con mayor riesgo de padecer deficiencia de vitamina D son niños(as), mujeres embarazadas, personas adultas mayores y quienes llevan un estilo de alimentación vegetariano o vegano.
Las y los infantes se encuentran en riesgo, ya que en esta etapa se está en crecimiento óseo, por lo que, si el consumo de esta vitamina es bajo, puede repercutir en la salud de los huesos y en el crecimiento óptimo.
En las mujeres embarazadas, las necesidades nutricionales están aumentadas a consecuencia de las demandas maternas y fetales. La deficiencia de vitamina D está relacionada con mayor riesgo de hipocalcemia y preeclampsia.
En las y los adultos mayores, debido al envejecimiento, se reduce la capacidad de producir vitamina D, hasta un 30% menos a partir de los setenta años.
Quienes practican la alimentación vegetariana o vegana no consumen alimentos de origen animal, una de las principales fuentes de vitamina D.
Se estima que más de mil millones de personas en el mundo presentan deficiencia de vitamina D. Algunos reportes indican que en México el 27.3% de los niños en edad preescolar la padecen, mientras que en niños escolares la prevalencia es del 17.2%. Se ha reportado también que la padecen el 31.6% de las mujeres en edad reproductiva y el 63.7% de los adultos mayores. Por otra parte, se reporta una ingesta diaria deficiente de vitamina D en adultos(as) veganos.
La vitamina D se obtiene principalmente por la exposición solar sobre nuestra piel. Sin embargo, nuestras actividades cotidianas las hacemos en interiores, donde la exposición al sol no es suficiente para una producción adecuada de vitamina D. Por esta razón, la ingesta de esta vitamina a través de la dieta se vuelve crucial.
Desafortunadamente no es mucha la variedad de alimentos que la contienen en forma natural; entre los que la contienen destacan los pescados grasos como el atún y salmón. El hígado de res, hongos y yema de huevo son también alimentos ricos en vitamina D.
La ciencia ha aportado también su conocimiento y se han desarrollado alimentos ricos en vitamina D. Tal es el caso de la leche, cereales de desayuno y algunos jugos enriquecidos con este nutriente. Sin embargo, las opciones de alimentos aún son limitadas, por lo que hay todo un sector científico que continúa trabajando en la creación de alimentos mejorados.
Asimismo, se están explorando nuevas estrategias de adición de vitamina D en otros alimentos. Los productos cárnicos y los análogos de carne son dos de ellos. Los análogos son productos a base de proteínas vegetales y representan una alternativa frente al consumo de carne. La salchicha, por ejemplo, es uno de los productos cárnicos más populares en México y puede servir como fuente de vitamina D si se le adiciona de manera correcta.
Actualmente la ciencia diseña productos donde se utilizan aceites vegetales como linaza, oliva y cártamo y se incorpora la vitamina D como uno de sus ingredientes. Aprovechando que la vitamina D es soluble sólo en aceite, se ha adicionado en gotas muy pequeñas llamadas nanoemulsiones, cuya característica es que son más estables cuando el alimento es procesado y consumido. Se espera que, al ser incorporadas en los alimentos en forma de estas nanoemulsiones, puedan ser aprovechadas por el organismo de una manera óptima y pueda ayudar a disminuir esta problemática actual.
Hoy en día aún hace falta más investigación y conocimiento sobre el diseño de este tipo de productos para que el consumidor tenga un mayor acceso a alimentos que aporten esta vitamina. La intención es generar alternativas para la creación de nuevos alimentos saludables y atractivos para aquellos consumidores preocupados por su salud.
Autora: Nallely Peñúñuri Pacheco, estudiante del doctorado en ciencias, bajo la dirección académica del profesor Martín Valenzuela Melendres, investigador de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Animal del CIAD.